Me desperte un día pensando en porque nos empeñamos cada vez más en alejarnos de todo aquello que nos acerca a la esencia de nuestra raza: afeitarnos, cortarnos y cambiarnos el color de nuestro cabello, pintar nuestras caras como puertas y, entre otras cosas, empaquetar nuestro cuerpo con atuendos sumamente incómodos para doarnos un aspecto cada vez más ridículo y sumando, en muchas oportunidades, un pequeño trapo colgando de nuestros cuellos como símbolo de elegancia.

¿Será este el sentido de la vida? ¿Esconder lo que realmente somos?

Y en la pregunta encontré la respuesta, tal vez de esta manera no seamos nosotros mismos los responsables directos de todo lo que nos rodea: desocupación, analfabetismo, desnutrición, crímenes, corrupción, pruebas nucleares, desastres ecológicos globales, mortandad infantil, etc. para cuando llegue la noche poder quitarnos nuestras vestidurasjunto con las culpas y de esta manera poder relajar el alma y dormir como angelitos.

En nuestro país cada vez menos son los medios que pueden expresar la realidad que vivimos y el que lo hace, por más que el rating sea récord, no dura mucho.

Pensando en todo esto junto con mi hermano y los periodistas y fotógrafos que hoy integran MDQmag logramos dar forma y encontrar un sentido más a nuestro bolsillo, haciendo de esta la primera revista de actualidad, deportes, viajes, cultura, ecología, etc. no sólo de nuestro país, sino del mundo entero.

Por supuesto que todo esto no tendría sentido si para leerla tuvieras que pagar.

Guardá tus monedas, disfrutá y sumale a tus sentidos MDQmag, el pequeño gigante.

Eugenio weinbaum

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